Seguro que alguna vez te has preguntado. ¿Cuándo el hacking pasa de ser un acto legal a convertirse en un ciberdelito? . Y es algo que deberíamos tener todos muy claro, ya que el desconocimiento de la ley no te exime de su cumplimiento y las consecuencias de no hacerlo pueden ser altamente severas.
Como estudiantes en ciberseguridad, en numerosas ocasiones podemos dejarnos llevar por nuestra buena fe de notificar aquellas vulnerabilidades que encontramos, pero esto no tiene por qué ser bien recibido por las empresas y titulares que hayan sido analizados.
La clave para mantenernos alejados de los problemas legales puede resumirse en dos únicas palabras: “CONSENTIMIENTO INFORMÁTICO”.
La empresa que estemos auditando debe siempre ser consciente y haber firmado por escrito un documento que explique claramente el alcance de nuestros actos y nos autorice para ello.
Esta es, en realidad, la parte sencilla de entender: si NO tenemos permiso, NO podemos intervenir. Aunque nuestras intenciones sean buenas podemos acabar con graves problemas legales.
La parte más compleja de todo esto es ¿Qué tipo de pruebas podemos realizar qué SI sean legales?
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